“Desde hace ya algunos años, venimos asistiendo a un cambio en el modelo de ocupación de las oficinas. Sobre todo porque hemos pasado de un modelo de control a, cada vez más, un modelo de confianza en las organizaciones y, de jerarquías a modelos más materiales”.
Así lo explicaba Covadonga G. Quintana, socia directora de plug&go Arquitectura Corporativa, en el último encuentro Insight Hour organizado por Knight Frank y plug&go, en el que además contamos con la visión de las mayores patrimonialistas de oficinas: Merlin Properties y Colonial.
Desde este espacio inspiracional y de reflexión, nacido para compartir aprendizajes y valoraciones sobre los espacios que usamos y habitamos, Covadonga se centró en cinco puntos clave del cambio en el modelo de ocupación, de los que hablamos a continuación.
5 puntos clave del cambio en el modelo de ocupación
La descentralización de la periferia
“Antes de la COVID-19, en plug&go ya veníamos asistiendo a una descentralización de la periferia hacia volver a la ciudad, algo que había sido al contrario durante la época de la crisis financiera”, afirma Covadonga.
Muchas compañías ya empezaban a valorar el tener esa sede social en la parte central de Madrid o Barcelona, abandonando más las zonas periféricas. “Ahora mismo, a pesar de lo que se dice de que se van a buscar oficinas con espacios verdes, no estamos viendo planteamientos de cambios hacia las afueras de la ciudad”.
Al final, explica Covadonga, una compañía evalúa su localización por muchos otros factores. “Grandes corporaciones incluso hacen estudios de proximidad de empleados, si se mueven en base a esos criterios y si no, buscan la accesibilidad. Otras sedes siguen buscando emplazamientos que tengan más que ver con su core business y con su visibilidad de marca, buscando zonas más privilegiadas dentro la ciudad. También hay otras compañías más industriales que van a seguir moviéndose hacia las afueras porque sus fábricas están más cerca”. Es decir, depende mucho más de la estrategia y del core business de la compañía que de una tendencia o de un movimiento que vaya asociado a esta pandemia.
Dónde poner el énfasis en las nuevas instalaciones
Como ya hemos mencionado anteriormente, desde hace tiempo venimos asistiendo a un cambio en el modelo de ocupación que se ve reflejado en el paso del control a la confianza en las organizaciones, dejando atrás los modelos jerárquicos.
“Durante muchos años hemos diseñado oficinas que eran grandes praderas, donde realmente lo que primaba era la propiedad del puesto de trabajo y cambiar esto sí que supone una ruptura. El poder ser flexible -no tanto el tele trabajar-, implica una ruptura del paradigma de “propietario del puesto de trabajo””.
Podemos ver cómo cada vez más los usuarios empiezan a plantearse la oficina como un espacio donde se van a poder intercambiar una serie de usos, que no es la propiedad individual en el puesto de trabajo. “Al final, tú vas a la oficina para crear propósito, respirar cultura, crear objetivos comunes, crear comunidad y conectarte de alguna manera”.
Muchas compañías ya empiezan a perder esa vinculación a la propiedad, algo que se venía viendo con los despachos. “Estos últimos 10 años hemos visto la pérdida de la necesidad de la propiedad del despacho, pero no tanto del puesto individual, cuando cerca del 80 % del tiempo lo pasamos en salas de reuniones, en phonebooth, en zonas de esparcimiento para tomar un café, mantener reuniones informales o en la calle. Y hay muchos perfiles que ya trabajaban así”.
Es aquí donde vemos esta aceleración del cambio en el modelo de ocupación, no que realmente ha habido una ruptura con lo anterior sino que vamos avanzando sobre ese cambio de paradigma muy asociado a cultura y modelo organizativo que ya veníamos respirando.
¿Estamos en un proceso para volver de nuevo el paradigma anterior?
“Una de las cosas que se trabaja cada vez más en las organizaciones es la cultura y el propósito, y no creo que haya una vuelta atrás en ese sentido”. Covadonga G. Quintana afirma que cada vez vivimos en un mundo mucho más experiencial y que lo que se busca es generar esa experiencia de cliente, tanto interno como externo.
El respirar el ADN de una compañía es lo que te diferencia de tus competidores: “está claro que el talento de tu gente es lo que realmente te diferencia, y eso tiene que tener una marca personal y una marca de compañía. El respirar un ADN, el que la gente se vista de una forma parecida, hable parecido, que sientas orgullo de pertenencia, se trabaja en la identidad corporativa”.
Ya no es tanto hablar de un concepto mucho más estático y de marca donde buscas una sede que sea casi como un escaparate, como sucedía hace años, sino que ahora cada vez más las compañías buscan interactuar.
Desde plug&go hemos buscado que el cliente interno y externo interactúen, por ejemplo, con nuestro proyecto para Kónica Minolta, donde el showroom es un espacio casi Starbucks en el que la gente se está tomando un café mientras está viendo al resto de los empleados. “Lo que se busca es la transparencia y que esa identidad corporativa fluya en todos los sentidos”, fomentando ese cambio en el modelo de ocupación.
Certificación WELL y criterios de sostenibilidad
La sostenibilidad es fundamental porque los clientes tienen cada vez más en cuenta el bienestar de usuario, entendido no solamente en el sentido de la sostenibilidad de parámetros como pueden ser la electricidad, el clima o la iluminación, sino también en un sentido muy basado en personas, y de ahí la Certificación Well.
Well es un buen certificado si le queremos poner una autoría a este proceso de sostenibilidad, en el sentido de mirar no solo el contenedor sino también el contenido, pero como un ecosistema donde todo interactúa.
Además, si el edificio ya cuenta con unos criterios sostenibles a la hora de ser edificado, unas garantías y una eficiencia, te va a asegurar la posibilidad de poder, a través de tu implantación, seguir trabajando en esa sostenibilidad.
Todas las compañías están incorporando criterios de sostenibilidad, desde los materiales con los que trabajamos en la implantación hasta lo que colocas en el vending para empleados o qué tipos de alimentación das. Es decir, el bienestar como concepto que engloba la sostenibilidad, es absolutamente un “must” para casi todos los proyectos de implantación de usuarios.
Cómo regular esta situación
“Habrá que pasar definitivamente a esta revolución digital que ya no es industrial”. Se trata de un cambio en el modelo de ocupación y de cómo regular muchos otros factores, no solamente dónde estás físicamente ubicado o el coste, sino cómo realmente vas a valorar ese trabajo cuando ya no es presencial.
“Venimos de un modelo más industrial donde se paga a la gente por horas y por presencia, para pasar a un modelo digital que todavía no está aterrizado a nivel regulatorio, donde se trabaja por objetivos y donde la presencia no es importante, con lo cual tiene sentido que el modelo se regule de otra forma”.
Es decir, la regulación debe llegar basada en ese cambio de paradigma, de fábrica, de digitalización, de presencia, poder estar en entornos visibles o no visibles para otros, es decir, de confianza y no control.