El mundo laboral ha cambiado con la adopción de nuevos modelos de trabajo flexibles e híbridos. Ahora bien, esto no significa que estas fórmulas pongan en entredicho el valor real de la oficina.
Es innegable que el compartir en una oficina favorece habilidades como la capacidad para el trabajo en equipo, el intercambio espontáneo, la creatividad o la resolución compartida de problemas, lo que sin duda mejora la productividad y ayuda a fomentar la innovación.
La oficina también aumenta el sentimiento de comunidad de las plantillas, un aspecto cada día más importante para el éxito de las compañías, según coinciden muchísimos estudios.
A pesar de la inversión en tecnología, el mayor activo empresarial sigue siendo las personas. Por eso, es fundamental apelar a una de las esencias del ser humano: el sentimiento de pertenencia.
Este sentimiento nace de la necesidad del ser humano por sentirse parte de algo más grande que él mismo, y que en determinado punto lo transcienda como individuo. Quienes así lo sienten comparten la visión, los valores y el propósito de la organización.
El papel de la oficina parar generar sentimiento de comunidad
¿Puede el diseño de oficinas generar sentimiento de comunidad y de pertenencia? La respuesta es sí, rotundamente sí. Hacer de una empresa un lugar de trabajo más humano, seguro y eficaz hará que este sentido se vea reforzado.
La arquitectura corporativa tiene un papel muy importante en este desafío, no se trata de seguir las tendencias estéticas de última moda. Se trata de mejorar la experiencia laboral para provocar interacciones y crear una atmósfera/identidad a la que la gente quiera pertenecer.
Puede lograrlo ofreciéndole algo que no tenga en casa: vivencias compartidas con sus compañeros en su lugar de trabajo, que le aporten un fuerte sentimiento de comunidad.
Necesitamos al grupo para tener equilibrio emocional y mental, y este es uno de los grandes aprendizajes que hemos tenido durante la pandemia.
Dar forma a esa comunidad, que las personas se sientan bien para dar lo mejor de sí mismas, requiere de un espacio de trabajo que se adapte a sus expectativas y a las nuevas formas de trabajar, hoy mucho más flexibles y colaborativas.
Un punto de partida en esa transformación es la planificación de un lugar de trabajo que ayude a los empleados a interactuar con otras personas, ofreciéndoles un espacio común que “es de todos”. Igualmente importante es diseñar espacios capaces de fomentar una conexión emocional con los compañeros y con la marca.
Los espacios corporativos hablan más de la empresa de lo que podemos llegar a imaginar, hablan de la jerarquía, del modelo de negocio, de su cultura y de su ética, pero también de las personas que la componen, o al menos, deberían.
Ya sea que la cultura de una organización sea jerárquica y controladora o abierta e inclusiva, puede mostrarse mediante el diseño de su oficina. De ahí la oportunidad de aprovechar la arquitectura corporativa para construir una identidad de marca compartida por toda la plantilla y enfatizar a través del espacio los valores fundamentales de la empresa.
Para crear ese lugar donde trabajar y sentirse a gusto, la oficina debe brindar a las personas diferentes alternativas conformes a sus necesidades y a sus dinámicas de trabajo, facilitando que cada uno trabaje del modo en que desea en cada momento. La clave es facilitar experiencias inigualables en los espacios de trabajo.
La oficina, un lugar en el que ser
Por este motivo, los espacios corporativos son cada vez más experienciales, pero su forma de usarlos dependerá de cada clúster. Hay perfiles que no necesitan la localización para el desempeño de su trabajo. Pero otros, sin embargo, sí necesitan un lugar común donde poder reunirse con partners, clientes y equipos, porque necesitan del grupo para crear, negociar o innovar.
Muchas empresas están aplicando los valores del coworking en el espacio de trabajo para incrementar su flexibilidad, motivar al equipo y aumentar la felicidad y productividad de sus empleados.
Otras, por ejemplo, están enviando a sus empleados a trabajar en espacios de coworking para ganar inspiración.
Lo más importante es tener en cuenta que no hay fórmulas que sirvan para todos. Cada marca es diferente y por lo tanto el diseño debe ser totalmente adaptado a su cultura y necesidades.