¡Quién pudiera trabajar ahí!
Lograr que las personas se “sientan como en casa” es uno de los principales objetivos del diseño de espacios corporativos.
De entre todas las señas de identidad que definen el diseño actual de oficinas: flexibilidad, movilidad, espacios colaborativos, digitalización… hay una con la que todos, como usuarios de ese espacio, nos sentimos identificados: la llamada “domesticación” de la oficina, que va de la mano de la incorporación de las nuevas generaciones al mundo laboral.
Una vez más, las personas en el eje de todo proyecto de transformación del espacio, junto con los otros dos pilares: procesos y espacio.
El nuevo talento laboral es inconformista, tecnológico, digital, reclama una mayor conciliación entre vida personal y profesional…. y es muy exigente en el diseño. Entiende el espacio de trabajo como un lugar de encuentro, acogedor y cálido, donde co-crear y colaborar.
¿Qué tipo de oficina necesitan? ¿Cómo debe ser el diseño de espacios corporativos? En palabras de Andrés Larré, para retener talento se debe generar un ecosistema de creatividad, algo a lo que la oficina tradicional no puede dar respuesta.
Los espacios de trabajo están evolucionando hacia entonos más humanos y en los que no todo sea trabajar. En este sentido, ya hace años, Anatxu Zabalbeascoa hablaba en El País de “la imparable domesticación de la oficina”. Con sofás, mesas y sillas que podríamos encontrar indistintamente en la oficina o en el hogar; con lámparas similares a las de la barra del bar de moda; grafitis versus cartelería…
Domesticar la oficina no significa acudir al trabajo en zapatillas, significa estar cómodo en el lugar de trabajo. Materiales orgánicos, naturales, color, jardines verticales, materiales reciclados… en definitiva, elementos que evoquen un ambiente agradable, divertido, saludable e innovador, que aporten una escala humana al espacio.
Ya en un post anterior, Las oficinas más creativas de 2016, destacábamos que todas esas oficinas tienen en común que las personas y su confort son ejes fundamentales en el diseño.
En realidad, se están borrando las fronteras de las tipologías: las oficinas se domestican con guiños al mundo hogar, que incrementan la motivación, calidad de vida y satisfacción de los empleados, y los hogares se abren a nuevos usos, con oficinas domésticas o pequeños rincones pensados para el trabajo ocasional, tendencia imparable debido al auge del teletrabajo.