El Internet de las cosas, también conocido como “Internet of Things” o “IoT” (por sus siglas en inglés) es un término del que cada vez oímos hablar más. A pesar de ello, a la mayor parte de la sociedad esto del Internet de las cosas le suena a algo del futuro, pero no es así.
¿Qué es el Internet de las cosas?
Su propio nombre lo dice, cosas cotidianas que se conectan a Internet. Pero en realidad es mucho más que eso, se trata una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, incluso entre los objetos directamente, que se conectan entre ellos y con la Red y ofrecen datos en tiempo real. Dicho de otro modo, es la digitalización del mundo físico.
Hace poco leíamos una entrevista a Hasier Larrea, Ingeniero Industrial, en la que decía que “los espacios se adaptarán a nosotros y no viceversa”. Tiene toda la razón.
Con el Internet de las cosas se abre un mundo de posibilidades, tanto para nuestra vida laboral, como en lo personal. Tareas como comprar, conducir, o incluso trabajar, ya no serán lo mismo.
¿Cómo puede afectar el Internet de las cosas al diseño de oficinas?
“El mobiliario y la arquitectura del futuro tendrán ‘músculo’ y ‘cerebro’; es arquitectura robótica”, decía Hasier Larrea. La robótica hace que los muebles se puedan transformar y que puedan estar conectados a otros elementos inteligentes como termostatos, luces, persianas, etc. Con esta nueva tecnología, podemos optimizar los espacios de trabajo y mejorar el bienestar del usuario final: el trabajador.
Los nuevas oficinas son cada vez más “inteligentes” y conectadas. En definitiva, se trata de conseguir el máximo bienestar de todos los trabajadores, al menos así es cómo lo entendemos en Plug & Go y tal y como afrontamos todos nuestros proyectos de arquitectura corporativa.
Nuestra máxima, fomentar la calidad de vida.