Factores como la globalización y la digitalización han propiciado que las empresas estén en pleno proceso de transformación, lo que supone una oportunidad tanto para las propias organizaciones como para las personas que trabajan en ellas.
Pero, ¿qué activo puede hacer que ambos aprovechen esta oportunidad? Sin duda, una nueva oficina ayudará tanto en la transformación de las empresas como en su meta por alcanzar sus objetivos, ambos partiendo de una adecuada estrategia de workplace.
¿Y las personas? Si surgen nuevas formas de trabajo, se necesitarán también sedes que faciliten esas nuevas formas de trabajo.
Una nueva oficina, una nueva oportunidad
La era post Covid19 ha acelerado ese proceso de transformación que ya veníamos viviendo. La manera de trabajar ha cambiado y nos ha ubicado en una nueva realidad híbrida: trabajamos desde casa y/o desde el tercer espacio, y reimaginamos las oficinas como un espacio para fomentar la colaboración y las relaciones entre las personas, obteniendo lo mejor de ambos mundos.
Así, una nueva oficina se puede convertir en un espacio con el propósito de reforzar la identidad de marca, la cultura y los valores de la empresa, así como en un ecosistema que proporcione a las personas todo lo necesario para satisfacer los requerimientos de su trabajo.
Mientras, con el teletrabajo cada vez más presente en nuestras vidas, se facilitan la conciliación, la autonomía y el emprendimiento, dando paso a un modelo basado en la confianza y no en el control de las personas. Todo esto se produce en el marco de una mayor flexibilidad sin la que no se podría realizar.
La transformación de las empresas y la digitalización
Por otra parte, además de la transformación vinculada a un cambio cultural, se suma la digitalización a este proceso de cambio. La demanda de nuevos espacios adaptados a las nuevas formas de comunicarse, las nuevas formas de distribuir el espacio o las nuevas tecnologías que ayudan a controlar el uso de las distintas áreas de trabajo, son reflejo de la transformación de las empresas de la mano de la digitalización.
Sabemos que el teletrabajo ha llegado para quedarse y que las oficinas nunca desaparecerán, pues siempre jugarán un importante papel para el desarrollo de las empresas. Tal y como afirma Covadonga G. Quintana, socia directora de plug&go, “vamos a la oficina para crear propósito, respirar cultura, crear objetivos comunes, crear comunidad y conectarnos de alguna manera”.