Hace ya tiempo que venimos hablando de la redefinición de los modos de trabajo. Inevitablemente, la transformación digital ha hecho que la forma de trabajar cambie y que, como consecuencia, lo hagan también los puestos de trabajo: el puesto de trabajo tradicional pasa a ser más flexible y colaborativo. Este modelo ya no depende de trabajadores estáticos con un horario fijo de oficina, sino que cada vez es más frecuente que nos encontremos con trabajadores móviles.
Según el estudio “Movilidad en España: Creación de valor con una estrategia integrada” de noviembre de 2016 de IDC, la proporción de empleados móviles en España hoy en día es del 48%, tendencia que irá a más, ya que las empresas tienen previsto aumentar esta proporción hasta el 72% en 2020.
Este modelo de trabajo móvil potencia la colaboración entre empleados de diferentes áreas y equipos para facilitar la innovación, acelerar la resolución de problemas, y agilizar la respuesta al cliente. Según un estudio realizado por TeamViewer, el 72% de los trabajadores comentó que el trabajo móvil hace que sean más eficientes.
Asimismo, el estudio “More than one”, elaborado por Ofita, extrae que el 60% de nuestra jornada laboral lo pasamos reunidos o colaborando con otros, y en cambio, el 40% de los puestos operativos están vacíos a cualquier hora del día. La tecnología, el tipo de trabajo, la flexibilidad laboral y el trabajo colaborativo son aspectos clave en esta evolución. Por lo tanto, con ellos debe evolucionar el diseño de las nuevas oficinas, que debe atender a esas nuevas dinámicas de trabajo.
Las áreas colaborativas se han convertido en las reinas de estos nuevos espacios de trabajo, donde además se han creado nuevos entornos y elementos hasta hace poco inusuales en la oficina: espacios informales, zonas de relax y juego, etc. que dan a los empleados esa sensación de confort y un sentimiento de comunidad tan necesario para el buen hacer de la compañía.