Según un informe de Deloitte, el 70% de los encuestados piensa que la empresa para la que trabaja se preocupa exclusivamente de los resultados financieros y no del impacto social. Para ellos, el ranking de acciones que una empresa debería acometer sería: la generación de empleo, la mejora de sociedad, la innovación y la protección del medio ambiente.
El 63% de los encuestados piensa, además, que sus dirigentes están teniendo un impacto negativo en la sociedad. Especialmente se muestran pesimistas con sus empresas en este sentido los millennials y la Generación Z (jóvenes nacidos entre 1995 y 1999).
En su opinión, la mayoría de organizaciones priorizan los beneficios sobre el compromiso con sus trabajadores, la sociedad y el medio ambiente, lo que está generando en estas jóvenes generaciones una falta de lealtad hacia sus empresas.
Las oficinas sostenibles y el talento
Por ello, para conseguir retener su talento, las empresas deben apostar por entornos de trabajo más flexibles, sostenibles y diversos. Como ejemplo, las oficinas que ilustran este artículo, algunos de los últimos proyectos de plug&go.
Está comprobado que el compromiso del empleado tiene una correlación positiva con la satisfacción en el espacio de trabajo. De hecho, está demostrado que más del 85% de los problemas de productividad de las organizaciones están relacionados con el entorno laboral.
El entorno tiene un impacto profundo en nuestra salud, bienestar y productividad. Como resultado, las organizaciones están transformando sus sedes corporativas hacia modelos comprometidos con la sostenibilidad y, por lo tanto, con el bienestar de las personas.
Estas oficinas comprometidas con la sostenibilidad y las personas impactan de forma positiva en el medio ambiente y en la sociedad, favoreciendo sistemas productivos sostenibles y entornos laborales con mayor consciencia social.
No es por lo tanto de extrañar que las certificaciones como WELL, Level y Leed, que promueven el bienestar y la sostenibilidad, estén impulsándose con fuerza. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) este tipo de actuaciones en el lugar de trabajo pueden contribuir a reducir el absentismo por enfermedad en un 27%.
Colocar la salud y el bienestar de las personas como criterio prioritario en el diseño de espacios de trabajo requiere una visión holística que contemple desde la biofilia hasta la calidad del aire, la climatización, los colores, las vistas, la iluminación, la acústica y la ergonomía, entre otros factores.
Un espacio saludable y sostenible, con los más altos estándares de confort y tecnológicamente avanzado es más atractivo para los trabajadores, potencia sus capacidades y atrae y retiene el talento. Debe ser sostenible, dar sentido de lugar y promover la comunidad.
Por otro lado, las nuevas oficinas sostenibles deben transmitir los valores y la cultura de la empresa. Una cultura preocupada por sus personas, pero también por su entorno y por el medio ambiente.